29 de mayo de 2015

La doble identidad (parte XXXVIII)

A Luján y a conocer a María Gracia, me atreví a ir mucho tiempo después, cuando partió Claudio. Nunca entendí por qué justamente a la mañana siguiente, cuándo Carmen me presionó a hacer algo de mi vida y parar de llorar, mi respuesta fue "Quiero ir a la casa de mi hermano".
Había perdido mis dos grandes referentes, mis pilares.
Volví al cementerio de Luján, sola, y le dejé esta carta sobre la placa que dice "Jorge Claudio Relián 8-1-66 / 14-4-2008".
Fue uno de los pocos consejos de Nicolás: "Enterrá a tus muertos".

Brothercito,
Hace solo diez días que logré volver a Luján. Volver a tu casa. A tu casa sin vos. A tu quincho sin terminar. A tu pileta abandonada. A ese parque que soñabas ver lleno de hijos.
Me recibió tu mamá con todo el amor del mundo
Hermanito, brotercito, no solo te perdí a vos. Hoy tampoco está Claudio.
Se fue como vos decías "en su ley y como un gaucho". Ni en última instancia aceptó operarse. A los cinco días nos reencontraríamos en su Patagonia tan amada.
Como si todo fuese poco, revisé tu agenda (esa donde el día "D" figuraba y nada indicaba).
Recorrí tu estudio, palpé tus discos, me volví con tu reloj, con más fotos. Las fotos de todas tus edades, esas donde no te conocí, ya me las habías dado. "No harías a tiempo de escanearlas", me dijiste. Ni a copiarme los discos que querías que me llevara.
Volví a Luján, Jorgito, a tu casa y hasta donde debí haber estado aquel quince de abril, veintidós meses después.
Ahí donde hubo tantos que eran tan poco, o tantos otros que fueron mucho y todos lo ignoraban.
O bien yo, que ese día ni siquiera sabía que ya no estabas, y mientras tanto comía una pizza en "El cuartito". Cuando entré al tradicional lugar, tenía dos hermanos. Uno mayor, cinco años mayor, y uno menor. Ambos con el mismo nombre.
Por eso tal vez él siempre fue Jota, y vos brothercito.
Al salir de ahí, 14:45 de aquel lunes catorce de abril, tenía uno solo. Habías partido para siempre.
Hoy encontré un blog de nuestro padre. Lo creó una fan.
No solo menciona datos erróneos, sino que pareciera una suerte de testigo omnisciente de todo y afirma con vehemencia o mucha ignorancia.
Por ejemplo no te menciona a vos. Mirá que idónea resultó la detective.
Ni a la muerte de nuestra abuela Rosa en aquel fatídico accidente, antes de que naciéramos.
Tampoco habla de tu mamá y sí de la "azafata" que le dio dos hijos, que le prohibía ver...
¿Qué hubieras hecho en mi lugar? Yo la contacté. Ha sabido disculparse.
Parece que no bastó que ninguno de sus tres hijos estuviese en su entierro, y ese que se hacía pasar por tal, sí.
Ni que la "Asociación de Actores" que presidió durante dos períodos, no avisase del tema "mausoleo" y su cuerpo culminase en fosa común, sin nuestro consentimiento.
A vos te acompañan tus dos papás. El que hizo de, y él, simbólicamente hablando...
Porque se me ocurrió este modo de ritual brothercito "yo sé el corazón que lleva el que con gusto te escucha", que lleva inscripto su mate de plata y alpaca.
Aunque no estés ahí. Eso nadie lo puede saber...
Los mapuches calculan seis meses para que las almas se desprendan del cuerpo...
Tal vez esta sea la antesala, el ensayo. Desde aquí y vaya a saberse hacia dónde y hasta cuándo.
¿De aquí a la eternidad?
¿Hasta que nos unamos todos en el reconocimiento de las almas?
El secreto estaba tan bien guardado que no nos hubiéramos llegado a conocer jamás, y bendigo esos ocho años de tu ser cerca del mío. De tu palabra y compañía clara, justa y precisa.
Te amaré por siempre

Tu sistercita

13 de mayo de 2015

La doble identidad (parte XXXVI)

Era el año 2010. Mundial 2010. Decidí trasladarme un mes a Montevideo con el fin de testear el paisito: ver casas, posibles trabajos, concretar las citas. Desde marzo había sido una revolución, en lo afectivo y en lo laboral.
La primera noche decido inaugurarla en el Bacacay. Copa de vino blanco y sandwich tropical rebosado en provolone; un clásico. Fiorella me acompaña. De pronto lo veo. Dudo. Le consulto a ella que es montevideana. Suelo ser muy poco fisonomista. Sí, me afirma, es él, es Eduardo Galeano, y tuvo la vergüenza que yo no tuve, y que sí suelo tener... Me le acerqué. Irrumpí en su mesa., estaba con Helena y los hijos de ella. Nada me detuvo sin embargo, a él tampoco pareció molestarle.
Pronto habíamos entablado una fluida conversación sobre fútbol, le hice saber que mis favoritos eran los celestes, y no el equipo de mi país. Que Tabárez lo merecía más que Maradona. Recuerdo que me dijo que de todos modos ver perder a Argentina le rompería el corazón. Me sostuve en que no, en que ahora y bien merecido lo tenían, les tocaba a ellos. Un equipo tan solvente como unido. La charla no se interrumpía. Le conté que quería quedarme, me regaló un chanchito con una flor en la boca que me traería suerte. Lo dibujó debajo de la dedicatoria, en la primera página de Las venas abiertas de América Latina que corrí a comprar a La Lupa, no me importaba tenerlo dos veces. Según él no fallaba. Me haría cruzar el río y lograría que esa fuese de ahí en más mi orilla. Le conté que ya le estaba diciendo basta también a mi país, que había llegado a un límite. Me pregunto por qué. Le hice saber lo de la embajada, de los acosos, de los malos tratos. No sé si le conté de vos. No, creo que no. Sí le conté de la escuela de cine. Tenía dos tarjetas conmigo, la de Buenos Aires con los datos de la embajada, y la de Montevideo con los datos de la escuela de cineastas. Me aconsejó sutilmente manejarme con la primera...
En el cumpleaños de Mauricio no estaba. Esperaba verlo, pero sí estaba un amigo suyo. Me llevó hasta su casa, debía entregarle los bocetos de unas esculturas. Era en Malvín.
Supe que nunca condujo, que siempre eligió caminar, que va acumulando sensaciones, vivencias durante el día, que luego registra en unas diminutas libretitas en El Brasilero, y mientras estuvo cerrado, en el Bacacay. Yo misma le avisé que lo habían reabierto.

Desde que lo supe no estoy bien.
No, no quiero. No quiero que esté así. No quiero que le duela como dicen. Ni que olvide quién es y todo lo que nos dio...

 
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